“El que es generoso prospera, el que reanima será reanimado.” Proverbios 11:25 (NVI)

Cuántas veces hemos deseado prosperar o hemos deseado ser reani- mados, pero no recibimos eso. Vemos que en nuestra vida, la puerta de la prosperidad está cerrada con candado y nos cuesta ver la posibilidad de crecimiento.

En lo almático, muchas veces esperamos que nos animen (o reanimen) y eso no sucede. Es más, muchas veces nos encontramos solos. La pregunta que nos debemos a hacer frente a estas situaciones es: ¿no será que la puerta de la prosperidad o la puerta del ánimo están cerradas a causa de que no estamos usando la llave correcta?

El versículo que hoy tenemos para pensar y meditar es muy claro. La generosidad es un factor determinante para poder prosperar. Muchas veces nos hemos convencido de que “el día que tengamos más dinero” o “el día que tengamos más tiempo” seremos generosos con nuestra economía o con nuestros tiempos, y esto es un grave error. La genero- sidad no tiene que ver con la cantidad que tengamos o no tengamos, la generosidad tiene que ver con un modo de vivir.

Debemos elegir vivir de manera generosa ya que eso, sin dudas, no solamente agradará a Dios sino que nos abrirá tremendas puertas. Con el ánimo es igual, esperamos que nos animen pero no estamos