“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo enel Señor no es en vano.” 1° Corintios 15:58 (RV1960)
Este pasaje nos anima a estar firmes y perseverar en el Señor, pues esto no será en vano. Pero, ¿a qué se refiere con “estar firmes y constantes”? Significa no caer en frustración, enojo, decepción o cualquier otra emoción similar, cuando las cosas no salen como queremos. Significa vivir entendiendo que somos amados por Dios y tenemos la victoria sobre el pecado asegurada, a través de Jesucristo. Por otro lado, nos alienta a crecer en todo momento en la obra del Señor.
Si podemos mantenernos firmes, el Señor tiene para nosotros una gran recompensa, un regalo por nuestro esfuerzo y por no haber desvanecido. Pero si nos frustramos o “tiramos la toalla”, y dejamos lo que Dios nos pidió sin hacer o lo hacemos con mala gana, difícilmen- te obtengamos esa recompensa. Te doy un ejemplo con algo cotidiano: si en tu trabajo te esforzás, das lo mejor de vos, sos responsable y no faltás ni llegas tarde, es probable que tu jefe te ascienda o te de un puesto con un cargo mayor. Ahí en ese momento, es cuando obtenés la recompensa por tu esfuerzo. Lo mismo sucede con Dios y nosotros.
La firmeza con la que debemos enfrentar nuestra vida cristiana, es similar a la requerida por un soldado en batalla. Debemos avanzar en todo momento, sin tomar descansos, ganando terreno y cambiando la eternidad de los que nos rodean. Nadie dice que será fácil y no habrá momentos de desánimo. Incluso muchas situaciones podrían hacer tambalear nuestra fe. Pero no debemos perder de vista que todo lo que hagamos por la obra de Dios, tendrá su recompensa en el cielo. Si hoy querés impartir del Señor en alguien más, pero te da vergüenza acercarte y hablarle de Jesús, te animo a que pienses que si lo hacés, vas a obtener tu recompensa. Esa premio ya está en el cielo, guardado y listo para ser entregada para vos. Animate y no desvanezcas, andá por tu recompensa!
Para reflexionar:
Pensá en situaciones difíciles que te tocó atravesar. ¿Qué elegiste en esos momentos? ¿“Tirar la toalla” o esforzarte y permanecer firme en la fe?