07 - AMOR A DIOS = AMOR A LAS PERSONAS

Escrito el 09/08/2022
Tiempo para Soñar


Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamien- to. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22: 37-39 (RV1960)

 

La palabra “mandamiento” significa: órden dada por alguien con autoridad para hacerlo...¡Qué gran mandamiento es el que estamos recibiendo de parte de Jesús! Alguien que se entregó completamente por amor y obediencia, alguien que venció la muerte, alguien que tiene TODA la autoridad, nos ordena que amemos a Dios....Sí, a Dios! Alguien que no vemos, pero los que hemos tenido un encuentro con Él podemos asegurar que no es difícil amarlo. Podemos amarlo porque él nos amó primero! Y aunque no lo veamos, disfrutamos de su presencia.

Él lo sabe todo, Él lo suple todo, Él lo perdona todo, Él lo entiende todo... ¡Qué perfecto es el amor de Dios, que entregó hasta su hijo por amor a nosotros. Sí, a su hijo! Y aun sin que lo merezcamos!
Es el mismo el que hoy nos ordena que debemos amarlo con todo nuestro ser, sentir y pensar; en las buenas y en las malas, cuando todo va bien y cuando todo va mal.

El segundo mandamiento que se menciona en el pasaje es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”... ¡Pero cómo cuesta ponerlo por obra! Quizás nos han lastimado, traicionado, usado... o tal vez ni siquiera hemos tenido relación con esa persona. Así que, ¿por qué habríamos de amarlo? Sin embargo, Dios dice en su palabra que amar al hermano es una condición para amar a Dios. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto? (1°Juan 4:20).

Nadie dice que es fácil de cumplir, incluso a veces no entendamos el por qué debemos amar a alguien que no se ha comportado bien con nosotros. Pero recordemos, a Dios no hay que comprenderlo, hay q obedecerlo! Si amo a Dios, tengo que amar a mi hermano. No es opcional, es un deber, una órden. Como nos enseña Jesús en Mateo 6:12, muchas veces le pedí a Dios que perdonara mis ofensas, así como también yo perdono a quienes me ofenden. Esta oración me parece perfecta: demuestra no sólo el amor de Dios a nosotros, sino también nuestro amor al prójimo.

Te animo a que, sin importar donde estés o por lo que estés pasando, no dudes de cumplir estos dos grandes mandamientos. Así estaremos agradando a Dios.

Para reflexionar:
¿Amás a Dios por sobre todas las cosas? Pedíle a Dios que te revele su amor, y que puedas canalizarlo hacia las personas que te rodean. ¿Has vivido situaciones, como por ejemplo ofensas, que hicieron que te cueste amar a alguien? Te invito a orar y pedirle a Dios que te ayude a bendecir y amar a esa persona.