“No sólo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica, de lo contrario solamente se engañan a sí mismos.” Santiago 1:22 (NTV)
Cuando escuchamos la palabra de Dios nos motivamos: sabemos que es verdad y nos da vida.
Pero, ¿qué sucede cuando, en nuestro diario vivir, no la ponemos en práctica y mucho menos la recordamos? Nos sentimos frustrados, cansados, derrotados...Como dice el versículo, si solamente la leemos pero no la ponemos en práctica, nos estamos engañamos a
nosotros mismos.
La palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12), y cuando la ponemos en práctica muchas cosas cambian en nuestra vida. Ya no son tus problemas o tus cargas, sino que depositás todo en manos de Él.
¿De qué manera puedo poner en práctica su Palabra? Ayudando a otras personas sin esperar nada a cambio, compartiendo tu testimonio, llevando una palabra de fe y esperanza al necesitado; y también poniendo tu confianza en Dios pese a la circunstancias de la vida.
Si te resulta difícil poner en práctica la palabra de Dios, recordá que los grandes cambios comienzan con pequeñas acciones. Te desafío a que ores pidiéndole al Espíritu Santo que te dirija para poder aplicar en tu diario vivir todo lo aprendido de la palabra de Dios.
Para reflexionar:
¿Meditás en la palabra de Dios? Pensá en situaciones de tu vida cotidiana donde sentís que la pones en práctica. ¿En qué áreas te cuesta más llevarlo a cabo y que podrías hacer para mejorar?