14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
El hombre, el señor en esta parábola, representa a Dios.
Y vemos al final del versículo 14 que “entregó SUS bienes”.
Si queremos crecer y desarrollarnos en la administración, lo primero que tenemos que aprender, comprender y adoptar, es que TODO es de Dios, que todo le pertenece a Él, y que nosotros precisamente somos administradores de lo que Él nos entrega. No lo regala, nos lo entrega confiando que podremos administrarlo.
Salmos 24:1 (NTV)
1 La tierra es del Señor y todo lo que hay en ella; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen.
Todo es de Dios, y le pertenecen por derecho creativo. En el Jardín del Edén Dios le da la orden al hombre para que «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; (Génesis 1:28 (NVI)) pero en ningún momento renunció a su propiedad.
Todo es de Dios, y cuando digo todo es todo. Tu vida, tu salud, tus estudios, tus títulos, tu trabajo, tus capacidades, tus talentos, tus dones, tu novia/o, tu esposa/o, tus hijos, tus padres, tus proyectos, tus sueños, tus recursos económicos, todo.
Vuelvo a decirlo, si queremos ser buenos administradores, no solo debemos conocer que todo es de Dios, sino que debemos aceptarlo de tal modo que podamos comprender la responsabilidad que tenemos de administrar los bienes de Dios.